Ofrecer una alimentación natural, fresca y balanceadamente óptima a tu bebé es el mejor regalo que puedes ofrecerle. Sentar hábitos de alimentación saludables desde edades tempranas es la mejor estrategia preventiva contra enfermedades durante el crecimiento, desarrollo e incluso adultez.
¿Cuál es la mejor edad para ofrecer alimentación complementaria a la Lactancia Materna? A partir del 6to mes de vida. A partir de esta edad, los requerimientos del niño son mayores y no se satisfacen de forma completa con la leche materna, por tal motivo, la oferta de alimentos a modo de trozos, papillas o purés es fundamental para complementar el aporte calórico y nutricional de la leche materna.
Otro factor de interés a tomar en cuenta, es que a partir de esta edad, el niño está fisiológicamente preparado para recibir otros alimentos. Si se introducen alimentos complementarios antes de esta edad o son administrados de forma inadecuada, el desarrollo del niño puede verse afectado.
¿Qué elementos considerar a la hora de iniciar la alimentación complementaria de tu bebé?
Mantención de la Lactancia Materna a libre demanda.
Ofrecimiento de alimentos naturales, frescos y adecuados según su desarrollo. --Ideal iniciar con una o dos porciones pequeñas de hortalizas y vegetales como zapallo, zanahoria, zapallo italiano y frutas no cítricas. Seguido de la introducción de cereales y papillas a base de arroz o maíz y purés de tubérculos o raíces como papa, camote y yuca o tapioca.
Después del séptimo mes, es recomendable la introducción de carnes de res y pollo en trozos pequeños o molidos y a partir del noveno mes complementar la alimentación con la oferta de cereales como la avena, trigo y cebada, legumbres (porotos, lentejas, etc.), vegetales de hojas verdes como la espinaca, frutas cítricas, yema de huevo y quesos bajos en grasa y sal si no hay antecedentes de alergias a nivel familiar.
A partir del año se recomienda mantener el aporte de leche materna y ofrecer otros alimentos tales como frutos secos y fuentes proteicas derivadas de lácteos y huevos.
Evitar la oferta de alimentos procesados, altos en azúcares, condimentos, sal y otros aditivos que no formen parte de una alimentación natural.
Conocer sobre la calidad e inocuidad de los alimentos a ofrecer al niño, tratando de ofrecer siempre productos naturales, 100% libres de aditivos, conservantes y alérgenos alimentarios que se adapten a los gustos y necesidades de tu bebé.